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Mejor un fondo soberano que una nueva empresa pública
Para no quedarse atrás frente al impulso estatal en nuevas tecnologías digitales y en tecnología profunda de Francia, Alemania y otros países, en una Europa que se queda pequeña frente al dinero público que aporta con estos fines nacionales Estados Unidos o China, el Gobierno ha impulsado la constitución de una nueva empresa pública, la SETT, Sociedad Española para la Transformación Tecnológica. Con su tramitación urgente decidida por el Consejo de Ministros el pasado 5 de marzo, puede estar operativa en mayo y contar con 20.000 millones de euros. Aunque está por ver cómo entra en la operadora, servirá también para proteger a empresas como Telefónica, que hay que proteger (como Talgo). Pero mejor hubiera sido constituir con ellos un Fondo Soberano, del que España carece, de gestión independiente.20.000 millones de euros no es una nimiedad, aunque en su mayor parte sean partidas ya comprometidas, como el PERTE Chip, dotado con 12.000 millones de euros para semiconductores y microelectrónica, o Next Tech, con 4.000 millones de euros para la inversión en empresas de alto nivel de innovación tecnológica. Debería conllevar simbiosis con otros organismos públicos inversores con el ICO, la CEDETI o ENISA). Es, sin duda, un esfuerzo importante para una economía española, en la carrera o batalla en la que están inmersos el mundo y Europa, por la política industrial vertical, hasta hace n o tanto objeto de burla, pero que regresa con fuerza. Incluso en pleno furor neoliberal, EE UU, que carece de fondos soberanos, regaba las grandes empresas tecnológicas con nutridos fondos del Pentágono y otros departamentos. La Administración Biden ha promovido la Ley de Chips y de Ciencia, por la que destinará 52.000 millones de dólares al sector de los semiconductores, mientras que Ley de Reducción de la Inflación (IRA) financiará masivamente con 342.000 millones de dólares para energías limpias, además del Buy American Act. China, con su capitalismo de Estado, lleva décadas de política industrial. Ahora más, con los intentos estadounidense de asfixiar su desarrollo tecnológico. Todo ello ha hecho sonar las alarmas en Europa, que se está viendo forzada a cambiar de enfoque. ¿Qué es el Fondo NextGeneration de la UE, del que 140.000 millones de euros están destinados a España, sino política industrial? Es improbable que se repita, incluso para impulsar, como quiere la Comisión Europea, no ya una política europea de defensa, sobre la que no hay acuerdo, sino una Estrategia Industrial de Defensa. Si se ha de aumentar el gasto militar que sea en provecho de la industria europea -lo que tomará tiempo-, o al menos que se coordinen las compras fuera, como pretende la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Cuando era presidente -y puede volver a serlo- Donald Trump exigió más gasto militar por los europeos, sí, pero comprando material estadounidense. La UE ha entrado en la política industrial por necesidad, pero de una forma ante todo nacional. Con el peligro de que las economías grandes sean las que más ayudas públicas puedan dedicar a sus industrias, en detrimento de las más pequeñas o menos ricas. España no podía permanecer pasiva. Menos aún cuando carece de suficientes empresas tecnológicas grandes, de big techs.Los 20.000 millones de la SETT se pueden comparar con la cifra similar que invirtió en España el fondo soberano noruego en 2023. O con los 4.300 millones de euros anuales (0,8% del PIB nominal) con los que de 2024 a 2035 se va a nutrir el nuevo Future Ireland Fund. O más, si, como se prevé, el déficit de las cuentas públicas de Irlanda. El francés BPI llegará a más, y el alemán Zukunftsfonds (Fondo del Futuro), de 10.000 millones de euros, que espera multiplicar por tres con otras aportaciones públicas y privadas.La SETT no dependerá de esa heredera del INI franquista que es la SEPI (Sociedad Española de Participaciones Industriales), sino que estará adscrita al ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública. Su objetivo es impulsar y ejecutar las inversiones en sectores estratégicos vinculados a la transformación digital, desarrollar el PERTE Chip y participar en el Fondo Next Tech y en el Fondo Spain Audiovisual Hub, además de en otros proyectos tecnológicos emergentes relacionados con la digitalización y el sector audiovisual. Claro que las Administraciones Públicas deben lograr mayor capacidad de gestión. Los retrasos en el gasto de los Fondos NextGeneration, demuestran que en España falta Estado, entendido en un sentido amplio. Y que ese Estado debe impulsar una ósmosis con el sector privado, en forma de inversión, no de subvención.¿Qué ventajas tendría que en vez de una empresa pública se constituyera en Fondo Soberano? Para empezar, podría ser el grano de arena sobre el que se fuera generando el nácar un gran fondo soberano español (el único que existe es la COFIDES Compañía Española de Financiación del Desarrollo), algo que países competidores tienen o están constituyendo. Contribuiría a una cierta recuperación de la soberanía sobre nuestro desarrollo tecnológico. Incluyendo la tecnología profunda (deep tech), sobre cuyo desarrollo se va a presentar un plan, y la financiación de capital riesgo.Sobre todo, un fondo soberano podría, tendría que, ser independiente, lo que una empresa pública no es. Algo de valorar en un país donde la independencia de las empresas públicas o reguladas, y de algunas instituciones, brilla por su ausencia, y donde la política de conveniencias o intercambio de favores políticos ha sido la norma bajo gobiernos de distintos signos. Desde luego el fondo noruego, el mayor del mundo, lo es. También la BPI francesa actúa con autonomías, aunque dependa del Gobierno. O el alemán y el irlandés. Independencia implica que su gestión no dependa del Gobierno de turno, sino que fuera estrictamente profesional, y más eficaz. Ahora bien, el Gobierno, o el Parlamento, a través de los presupuestos, tendría libertad para utilizar los beneficios (o la parte que se entregara una vez compensado el déficit incurrido para crearlo) que generara el fondo, y contribuir a reducir la abultada deuda pública. Pues un fondo así nacería para impulsar las nuevas tecnologías, pero generando beneficios. 
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Las olvidadas
Hace muy poco, el 4 de marzo, Francia nos daba una lección de libertad con la noticia de que el derecho al aborto queda anclado en su Constitución. En el país vecino, las mujeres, desde ahora, tendrán derecho a decidir sobre su cuerpo y su vida sin tener que dar explicaciones a nadie ni depender de la voluntad o la arbitrariedad de ningún hombre o mujer -médicos, sanitarios, jueces, farmacéuticos, etc.-, sin que nadie pueda poner trabas a su decisión.El 8 de marzo se ha celebrado el Día Mundial de la Mujer (antes Día de la Mujer trabajadora, lo que no dejaba de tener su gracia porque es como si celebráramos el día de la mar salada, no de la mar dulce. ¿Alguien conoce a alguna mujer que no sea trabajadora?) Pero ya tenemos costumbre de leer pleonasmos como este y peores: “Cita previa” por poner un ejemplo de algo que se usa cada vez más. ¿Hay alguna cita que no sea previa al momento en el que va a producirse? Pero no es de esto de lo que yo quería hablar.Todos los años, en la semana anterior al 8 de marzo se llenan los diarios y las redes de menciones a la mujer, exactamente igual que cuando toca el día del oso siberiano, el tigre blanco o el colibrí. Luego, hasta el año siguiente, se abandona el tema, igual que pasa con el Día de los Difuntos o con la Navidad. Se cumple con el expediente y se olvida hasta doce meses más tarde. ¡Y eso que vivimos en un país occidental y primermundista!Por tanto, no es de extrañar que nos olvidemos de que, en otros países, las mujeres, la mitad de la población -no somos una minoría, somos por lo menos la mitad-, son tratadas peor que los animales. Es precisamente para reparar en lo posible ese olvido, por lo que quiero hablarles de una exposición fotográfica itinerante –“29 miradas”- que hace apenas un mes tuve el honor de clausurar en mi ciudad -Elda (Alicante)- y que me ha impresionado profundamente, tanto en lo humano como en lo artístico, y me gustaría compartir con todas y todos ustedes, las personas que leen estos artículos cada quince días y a quienes estoy muy agradecida por dedicarme su tiempo y sus comentarios.Se trata de un proyecto en el que han participado 29 fotógrafas y fotógrafos españoles junto con 29 profesionales de otras ramas que han puesto breves textos a las fotografías, tomando como base las 29 prohibiciones que los talibanes decretaron hace ya tres años en Afganistán para cambiar el comportamiento social de las mujeres en su país, convirtiéndolas en objetos de uso, robándoles la dignidad y el futuro. Desgraciadamente, pasado el primer momento de escándalo y enojo general, del rechazo oficial de todos los países que se consideran a sí mismos civilizados, la situación de las mujeres en Afganistán ha caído en el olvido, sepultada por otros horrores más recientes, y ya nadie recuerda ni quiere que le recuerden que la mitad femenina de ese país vive como esclava de la mitad masculina en una sociedad en la que las mujeres tienen prohibidas cosas tan básicas como ir a la escuela o ser atendidas por un médico o salir a la calle solas o asomarse a la ventana. También está prohibido maquillarse, reír, hablar en presencia de un hombre o hacer ruido al caminar. Todo por razones supuestamente religiosas. El borrado de las mujeres se ha consumado de tal forma que cada vez hay más suicidios porque el sufrimiento es excesivo y el futuro para ellas es nulo, ya que no tienen derecho a acceder a la formación, no pueden trabajar, no pueden elegir a su marido y tienen que conformarse con ser vendidas por su padre a cualquiera que pague el precio, sin considerar la edad o el deseo de la hija.En esta magnífica exposición creada por F Tours/F 8 Estudio, cada artista fotógrafo ha recibido por sorteo una de esas prohibiciones y ha tenido que plasmarla en una sola imagen que habla por sí misma.Los seres humanos somos eminentemente visuales y muchas veces una foto dice mucho más que el texto que la ha inspirado. También es más potente y fácil de recordar. Quizá por eso, una de las leyes que han impuesto los talibanes, inspirándose en la sharia, es la prohibición de todo tipo de imágenes, pinturas, fotografías y películas que muestren seres vivos. Por eso esta exposición es doblemente rebelde: porque da voz y existencia a las mujeres borradas por un gobierno de criminales, y porque lo hace usando un medio que ellos consideran haram -inaceptable, prohibido- y que, si hubiese sido mostrada en un lugar que estuviera bajo su jurisdicción habría comportado penas de flagelación y de cárcel para los hombres y quizá, en algunos casos, de lapidación para las mujeres por haber ido contra el namus (la virtud) al permitir ser fotografiadas, especialmente por un varón.Desde tiempos inmemoriales las mujeres han sido oprimidas, aplastadas, humilladas, violadas, menospreciadas, explotadas, canceladas, asesinadas -lapidación, decapitación, envenenamiento, estrangulación, hoguera …- y ahora, en pleno siglo XXI, aún hay muchos lugares donde sigue siendo así: India, Pakistán, Arabia Saudí, Irán, Congo, Nigeria, Somalia… la lista es enorme, y lo escandaloso de Afganistán, lo terrible, es que se trata de un conjunto de leyes y normas creadas para destruir a las mujeres robándoles no solo su presente, sino también su futuro, ya que, si las niñas no pueden ir a la escuela ni recibir una educación, no tendrán futuro.Las flagelaciones, lapidaciones y otras torturas forman parte de la historia de la humanidad. No hay más que leer la Biblia para saber qué trato se dispensaba a las mujeres hace dos mil años. Lo que resulta incomprensible es que en muchos lugares del planeta no solo no se ha avanzado absolutamente nada, sino que se ha vuelto atrás a una sociedad bestial, sanguinaria y profundamente misógina que debería avergonzarnos a todos los seres humanos civilizados; una sociedad como la afgana del régimen talibán. No sé por qué sucede (y llevo mucho tiempo pensándolo). No sé si es porque los hombres temen a las mujeres, o porque los seres humanos tienden a la crueldad, o porque, simplemente, se lo pueden permitir, igual que los nazis podían permitirse masacrar a todos los que habían definido como enemigos del régimen.Lo importante, para mí, y lo terrorífico, es que no se hace nada internacionalmente para detener ese horror. ¿Por qué? Posiblemente porque las víctimas son mujeres. “Solo” son mujeres. Y eso, por desgracia, no le importa demasiado a nadie.Recientemente, en Venecia, descubrí una placa de mármol con la siguiente inscripción: “En esta casa, en 1646, nació Elena Lucrezia Cornaro Piscopia, la primera mujer del mundo en doctorarse por una universidad el 25 de junio de 1678.”No pudo doctorarse en teología, a pesar de los esfuerzos emprendidos por su profesor de filosofía, Carlo Rinaldini, amigo de Galileo Galilei, porque tanto el obispo de Padua como el cardenal Barbarigo defendían la postura de la Iglesia de que una mujer debe callar y no puede impartir clases públicas, apoyándose en San Pablo, el más misógino de los apóstoles. Nosotros, los occidentales del siglo XVII también pensábamos -al menos era la opinión oficial- que las mujeres deben guardar silencio y usar el velo. Supongo que todas las lectoras recordáis, porque no hace mucho tiempo de cuando se usaba, la famosa expresión “calladita estás más guapa”. Eso era solo la forma social y familiar de referirse a esa prohibición de que las mujeres hablaran, especialmente en presencia de varones. La doctora Piscopia, para poder seguir su vocación de aprender, tuvo que renunciar a la posibilidad de casarse y formar una familia y entró como oblata en las benedictinas, donde murió a los 38 años, de tuberculosis.A pesar de que ella logró lo que deseaba, desde entonces hasta el siglo XX, en Occidente, apenas un puñado de mujeres consiguieron eso que ahora nos parece tan evidente: aprender las primeras letras, formarse en otras lenguas, viajar, estudiar en la universidad, pensar por sí mismas. Esa lucha costó mucho esfuerzo y sufrimiento. Muchas mujeres fueron insultadas, golpeadas, encarceladas, destruidas en su reputación, su honor, su vida… para que nosotras, ahora, podamos disfrutar de una existencia en libertad. No fue un regalo caído del cielo. Hubo que luchar mucho y convencer a muchos hombres y, por desgracia, también a muchas mujeres, de que teníamos derecho, de que es absurdo pensar que la mitad de la población es una minoría y que, además, esa mitad de la población, simplemente por haber nacido hembra, es necesariamente inferior a los varones.En Afganistán, las mujeres están ahora encerradas en sus casas, con los cristales tapiados, sometidas a los varones, violadas, humilladas, golpeadas, sin esperanza. Por eso, entre ellas, hay grupos de ayuda al suicidio; porque hay algunas que no pueden más y la muerte, que es el borrado definitivo, es preferible a una existencia sin libertad, sin risa, sin música, sin diálogo. Y no se trata de que “es su cultura” como defienden algunos. Hace tres años vivían como vivimos aquí, iban a la universidad, podían comprar y vender, salir solas… eran ingenieras, juezas, atletas… cualquier cosa que eligieran ser.No podemos hacer mucho, pero al menos no debemos endulzar lo que está pasando en Afganistán, ni decir que todo pasará, con el tiempo. Lo menos que podemos hacer es tenerlas presentes, no borrarlas de nuestra mente, no engañarnos diciendo que habrá un futuro luminoso.Nosotras, las mujeres de aquí, podemos hablar. ¡Hablemos! Usemos lo que tanto nos ha costado conseguir. Vamos a pasar la voz y la palabra a hombres y mujeres de nuestro país para que todo el mundo sepa lo que está sucediendo a miles de kilómetros a mujeres que hasta hace tres años vivían como nosotras y ahora son esclavas, muertas en vida, rehenes de unos hombres crueles, ignorantes, criminales.Esta exposición es importante. No la olvidemos. Es la única forma que tenemos desde nuestro país para solidarizarnos con las mujeres afganas. Cultural y artísticamente es una maravilla. Humanamente es una forma de decir que no cerramos los ojos y el corazón ante el sufrimiento de esas mujeres. Pronto estará expuesta en Zaragoza después de haber recorrido otras ciudades, pero también se puede ver desde casa, en cualquier dispositivo, en el siguiente enlace: https://www.29miradas.com/
eldiario.es
¡No disparen al periodista!
Una de las peores cosas de vivir en un estado informativamente confusional es que se digan mentiras –aunque luego pueden ser rebatidas– pero sobre todo que se haya inoculado en la población la idea de que todo es dudoso o todo puede ser mentira. Esa enmienda a la totalidad del periodismo sirve para que casi todo pueda ser ya creíble o increíble, al margen de los hechos. Ya no importa si algo fue así, sino los intereses de quien pasó la información o la filiación del medio que lo publica, que desplaza al titular que denunciaba los hechos. Frente a la desnudez del rey, se manda callar a los niños y se les dice que no hagan preguntas estúpidas, porque si lo hacen, se les puede querellar, se les puede filtrar el whastapp, se puede dar su nombre, al fin y al cabo, se pueden meter en un lío. La pretensión de dar pase de normalidad a las amenazas e insultos que recibió Esther Palomera en su móvil a las once de la noche por parte de Miguel Ángel Rodríguez –que cobra 94.324,20 euros anuales de dinero público– es parte de ese estado confusional al que el periodismo en bloque debería negarse. ¿Es aceptable que el asesor de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, te diga al móvil "idiotas", "adiós, preciosa", "os vamos a triturar?". ¿Es decente que amenace a un medio y use un tono displicente y pretendidamente humillante contra una periodista? ¿Es normal que no haya dimitido? ¿Sería aceptable que el jefe de prensa de la Casa Real o del Congreso o de la Moncloa enviara un mensaje así sin que hubiera consecuencias o sin que se pidieran disculpas? Esas deberían ser las preguntas, esas son las preguntas que haría el niño de la fábula del rey desnudo. En el caldo de ideologías en el que algunos quieren diluir el periodismo, ahora esas preguntas no se contestan, no se dan argumentos ni datos sobre el presunto fraude de la pareja de la presidenta, no se explica por qué Ayuso mintió en su comparecencia, ni siquiera se lamenta el tono maleducado e inaceptable de los whatsapp de Rodríguez a nuestra compañera Esther Palomera, que ha tenido que aguantar que se la utilice y se la ponga como la protagonista que ella no quiso ser. Rodríguez y la presidenta quieren desviar las preguntas de los hechos y mandarnos a mirar al cielo en lugar de al rey: "A ver si no nos podemos enfadar con alguien de confianza", ha minimizado Ayuso. Los mensajes son de un "ámbito particular y privado", quiso rebajar Rodríguez y, pese a ello, los ha filtrado. "Una riña con una amiga", remató al conocerse los mensajes. Obviar el tuétano del asunto, presentar otra polémica que tape la primera, amenazar a los medios, anunciar querellas o personalizar los debates públicos desdiciendo a los periodistas o utilizándolos como escudo humano es una táctica tan vieja como despreciable. Miguel Ángel Rodríguez puede seguir definiendo en la intimidad qué es un amigo y qué hace él en la Puerta del Sol o cómo se comunica con periodistas, si en mayúsculas o minúsculas –en 25 años de profesión he recibido presiones y hasta querellas, pero nunca unos mensajes directos de ese calibre–, pero los demás no deberíamos dejarnos arrastrar a un debate que ahonda en la confusión y maquilla la pregunta relevante: ¿Deben los periodistas sentirse tranquilos al publicar información contrastada o mejor que teman por las consecuencias personales y profesionales cuando tienen algo entre manos? Eso es lo que se ha puesto en entredicho, el artículo 20 de la Constitución. Pueden seguir disparando al periodismo si nadie los frena. Los periodistas seguiremos exigiendo respuestas respetuosas a preguntas oportunas.
eldiario.es
Su fruta podrida
Miguel Ángel Rodríguez Bajón está triste. Así se define en su perfil de X: “Me entristece el cada vez más bajo nivel de la vida pública española”. Su perfil se denomina MAR, como si él mismo tuviera vocación de acrónimo, pero se hubiera quedado en las siglas de una sociedad mercantil. Él es conocido como Miguel Ángel Rodríguez a secas, lo cual es comprensible, teniendo en cuenta su estado de ánimo permanente. Entristecido. En los últimos días, sin embargo, quiso hacer ver que se está tomando las cosas con lo que para él es humor: “Tras el ataque desmesurado de Hacienda, de la Fiscalía, del Perro, de la vicepresidenta, del gañán de Transportes, del que no paga impuestos en España de PRISA, de la Intxaurrondo que cobra en B de TVE y la quitan el programa… no pueden matar a Díaz Ayuso!! Nos gusta la fruta!!!”, lanzó, presuntamente healthy, al espacio digital, aunque baste una mirada por encima de sus presuntas bromas para comprobar que la grosería y la agresividad son tan pringosas como cuando se pela la fruta con las manos.La paradoja es que le entristezca tanto la vida pública, a él, que es el jefe del gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pringada también, una y otra vez, con la fruta podrida. Se dice que MAR es el artífice de semejante personaje. Se dice que MAR ha pulido a Díaz Ayuso (a lo mejor he entendido mal y lo que se dice es que se lo están puliendo crudo, como un melón). Seguramente inspirado en las formas de MAR, amenazó el novio de Ayuso –el del Maserati, el del pisazo en Chamberí de millón y pico, el de las facturas falsas emitidas por desconocidos sevillanos, el de las empresas fantasma en paraísos fiscales, el de las jugosas comisiones en la pandemia–, amenazó el sanitario de profesión con denunciar por revelación de secretos a una inspectora de la Agencia Tributaria, a la Fiscalía de Madrid y a la vicepresidenta Montero, a quien Hacienda ha salido a defender.Díaz Ayuso había salido antes a la palestra, muy nerviosa. Tan nerviosa, que se ve cómo miente sin disimulo. Estaba muy nerviosa porque se dice que su carrera política da los últimos estertores y porque debe de saber quién se está frotando las manos. De entre los suyos, se entiende. Aunque quizá confíe en atemperar los nervios –esos nervios propios de un final no deseado– porque sabe, también, que llegarán los poderes judiciales, y que, también, son mayoritariamente de los suyos y pueden hacer magia con sus presuntos delitos y complicidades. De hecho, MAR no ha vuelto a sacar a Díaz Ayuso en público. Quizá la ha dejado entretenida triturando fruta para hacer una macedonia dulce como la venganza.“Os vamos a triturar. Vais a tener que cerrar. Idiotas. Que os den”, ha amenazado MAR a elDiario.es por publicar las exclusivas sobre el novio de Diaz Ayuso. Debe de ser tal su sensación de impunidad que lo hizo en varios mensajes por escrito. “Es un anuncio”, concluyó MAR. Y sí, impacta que la mano derecha de la presidenta de la Comunidad de Madrid recurra a métodos propios de mafiosos, pero sobrecoge igualmente que quien es considerado presidente en la sombra se permita hablar en ciertos términos. Salvo que lo hagas con un plátano o una manzana, “triturar” es una palabra muy violenta, remite a carne picada. Pero “idiotas”, que a fin de cuentas es un insulto que no suena tan fuerte, remite a un estado indeseable de la cosa pública (un estado tan bajo que MAR debió de quedarse muy entristecido tras escribir esa palabra para amenazar a una periodista). Podría haber sido “tontolaba”, un insulto que casi no lo es, da igual. Lo que importa es que este tipo está en el poder y se expresa como un pandillero. Como miembro de una organización con un historial nada intachable. No lo digo yo, ni lo dice un tuit cualquiera: ha dicho la justicia que el PP, como partido, se ha lucrado de la corrupción. También le gusta mucho la fruta a Esperanza Aguirre, a Ignacio González o a Cristina Cifuentes, por poner sólo ejemplos de nivel jefe, como Díaz Ayuso y como MAR. De M. Rajoy seguimos esperando que se desvele su identidad.Detrás de las amenazas de MAR hay una sanidad pública desmantelada y está el grupo Quirón, con quien ha hecho negocietes el novio que Díaz Ayuso defiende con mentiras. Detrás de los insultos de MAR hay comisiones millonarias por mascarillas en lo peor del covid y personas mayores cautivas en las residencias, muriendo sin antibióticos, sin oxígeno y sin sedación. La investigación confirma que más de 4.000 pudieron salvar su vida durante la pandemia y murieron a causa de los protocolos de la muerte del Gobierno de Ayuso. Qué desfachatez que el que amenaza e insulta a periodistas, el presidente en la sombra, sea el mismo que acusó de “nazi” al doctor Montes por defender la muerte digna. Da tanto asco moral ver ocupar sillones a quienes deberían ocupar banquillos. Es difícil entender a toda la gente que echó a la urna un voto a Diaz Ayuso, un voto a MAR, un voto a la factura falsa, un voto a la empresa pantalla, un voto a la chulería, un voto al exabrupto, un voto a la corrupción. Eso es lo que realmente nos tenemos que mirar. Su fruta es la que tendríamos que triturar. En los periódicos, en las calles, en los tribunales y en las urnas. Su fruta podrida.
2 d
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Despiértame cuando pasen las europeas
Tú no te acuerdas porque eres muy joven, pero hubo un tiempo en que las europeas eran unas elecciones de medio pelo, eleccioncitas, como de no tomárselas nadie muy en serio: ni los partidos, que rellenaban sus listas con viejas glorias, rostros anónimos y algún elefante merecedor de un buen retiro; ni los medios, que le daban una cobertura de baja intensidad y casi desganada; ni los propios votantes, que las aprovechábamos para ser infieles a nuestro partido de toda la vida, votar formaciones marginales, usar el voto de castigo sin mucho coste, o directamente quedarnos en casa, pues solían ser las elecciones con menos participación.Eran aprovechadas por nuevos partidos (fueron la lanzadera de Podemos en 2014), minoritarios beneficiados por el sistema electoral, frikis y hasta delincuentes para conseguir espacios electorales en televisión y de vez en cuando algún escaño. Claro que eran importantes, pues decidían la relación de fuerzas en el parlamento europeo, pero todavía hoy no nos aclaramos mucho con las capacidades y competencias de las distintas instituciones comunitarias, así que nos parecían un inofensivo paripé cuyo único sentido fuese recordarnos cada cinco años que sí, que la Unión Europea era democrática.Tampoco te acuerdas por tu envidiable juventud, pero hubo un tiempo en que unas elecciones gallegas eran solo eso: unas elecciones gallegas. Los partidos enviaban a sus líderes nacionales para apoyar a sus candidatos autonómicos, la campaña electoral ocupaba un par de minutos con el telediario ya muy avanzado, y la noche electoral ni siquiera se retransmitía en las cadenas nacionales, pues solo interesaban a los gallegos. Y lo mismo te digo de unas elecciones castellanoleonesas o madrileñas adelantadas, eran solo eso: elecciones regionales, cosa de castellanoleoneses y madrileños.Espera, que hay más: hubo un tiempo en que unas elecciones vascas eran solo unas elecciones vascas, y hasta unas elecciones catalanas, agárrate, ¡eran solo unas elecciones catalanas! Importantes, merecedoras de atención informativa y estrategias políticas nacionales, pero en ningún caso monopolizaban la vida política, paralizaban la actividad parlamentaria o impedían la aprobación de presupuestos generales del Estado.Henos aquí en este 2024 multielectoral, a la vuelta de un 2023 que ya tuvo lo suyo. Con el adelanto de las catalanas se nos van a juntar tres noches electorales en solo siete semanas: vascas en abril, catalanas en mayo y europeas en junio. Y todas importantísimas, porque ya no son solo unas elecciones vascas, catalanas o europeas: ahora todas son nacionales y decisivas. Espera, que te lo pongo peor: nueve semanas y media desde el día que arranque la campaña electoral en Euskadi el 5 de abril, hasta el cierre de las urnas en las europeas el 14 de junio.Nueve semanas y media de campaña electoral continua, de fines de semana con líderes políticos visitando ciudades, mítines a la hora del telediario, entrevistas a candidatos, tertulias partidistas y columnismo brasa (yo mismo, ya me ves). Nueve semanas y media, por lo visto, de parálisis legislativa, de socios marcando perfil propio y condicionando cada votación, sobreactuación parlamentaria de la oposición, leyes aparcadas y presupuestos prorrogados, que a ver si 2025 viene más relajado electoralmente y se pueden aprobar para entonces. Ánimo.
2 d
eldiario.es
Relájese, presidenta
Adelante, presidenta. Ni un paso atrás. Es usted nuestra Zelenski, resistiendo heroicamente al asedio del ejército rojo y las hordas sanchistas, jugándose literalmente la vida en cada rueda de prensa, acechados usted y los suyos a cada paso que dan por la turbia conspiración del Estado donde participan los Nazgûl del Señor de los Anillos, los dementores de Harry Potter, los caballeros de la Orden Sith y los vecinos de Mia Farrow en La Semilla del Diablo. Ayudada únicamente por Miguel Ángel Rodríguez, parapetado en su whatsapp mientras dispara rayos de luz, amenazas y millones de euros con la sabiduría de un cuñado a quien hubieran puesto a los mandos de la Nasa. Adelante, presidenta. Hip, Hip, Hurra.Y Ahora en serio, que somos mayores ya para estos argumentos de serial y no vamos a comprar tres veces seguidas la misma táctica Ayuso. En la pandemia, cuando le preguntaban por las personas mayores abandonadas a su suerte ante la muerte, la culpa era de Pablo Iglesias y luego ya recayó en todo el malvado gobierno sanchista. Cuando lo de Pablo Casado -pobrecito mío- preguntando por los contratos de su hermano comisionista, se trataba de un ataque desde el PP, su propio partido, lleno de traidores y colaboracionistas con el Sanchismo. Ahora que preguntan por los delitos fiscales de su pareja, todo responde a una conspiración de los poderes más turbios del Estado al servicio del sanchismo más abominable. Relájese, presidenta. Nadie se quiere meter en su cama igual que se ha metido usted en el lecho de miles de madrileños y madrileñas porque no le gusta su orientación sexual o su identidad de género recortando sus derechos y volviendo a tratarlos como a enfermos. Por supuesto que nadie la hace responsable de los negocios de su pareja. Usted no es Mónica Oltra, quien -según usted misma nos explicó- si era responsable y puede que cómplice de los abusos de su marido; usted es especial, usted solo responde ante Dios y ante la Historia.Los negocios y las comisiones de su hermano o su pareja en plena pandemia son cosa de ellos, de Hacienda y de la Justicia si se tercia. De lo otro, cada uno sabe lo que lleva en la conciencia, cuánto ha cargado y cuánto le queda aún por cargar.  Usted sabrá si compensa. A mí, como ciudadano que sí paga sus impuestos, lo que no me ha explicado y tiene la obligación de aclarar, pues ocupa usted un cargo público y debe cumplir y hacer cumplir la ley en privado y en público, es por qué nos ha mentido al acusar a Hacienda de una inspección salvaje; cuando el inspeccionado, a través de su abogado y por escrito, ya había reconocido haber mentido a Hacienda, después de haber intentado retirar facturas falsas utilizadas para el fraude, y solicitaba llegar a un acuerdo para evitar la cárcel.A mí, como ciudadano que sí paga sus impuestos, lo que no me ha explicado y tiene la obligación de aclarar, pues ocupa usted un cargo público y debe cumplir y hacer cumplir la ley en privado y en público, es por qué nos ha tratado de engañar al proclamar que todo está en A cuando ya se han reconocido dos delitos fiscales. Pregunte a sus abogados si no me cree: que esté en A no quiere decir que sea legal, por eso se le llama blanqueo y pasar dinero B a dinero A es el objetivo de la operación.A mí, como ciudadano que sí paga sus impuestos, lo que no me ha explicado y tiene la obligación de aclarar, pues ocupa usted un cargo público y tiene la obligación de cumplir y hacer cumplir la ley, en privado y en público, es qué pruebas maneja usted para acusar a los funcionarios y trabajadores públicos de la Agencia Tributaria y la Fiscalía de Madrid de prevaricación, porque, si no las tiene y seguro que no las tiene, quien está delinquiendo ya no es su pareja; es usted y además lo hace contra funcionarios públicos. No hace falta que venga nadie a triturarme. Ya cierro aquí. Con estas tres cuestiones me conformo.
2 d
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Ostentación de la falsa pobreza
Isabel Díaz Ayuso solo tiene “un coche del año 2008 de segunda mano, un pequeño golfito que me viene muy bien”. Lo dijo la pasada semana en la Asamblea de Madrid y añadió, con el orgullo del proletariado, que “mi casa no me la paga nadie, porque yo no tengo casa; vivo en alquiler”. En 2022, en pleno revuelo por el caso de su hermano y la salida de Pablo Casado del partido, concedió una entrevista a El Mundo en la que, situándose en una situación de igual a igual con cualquier ciudadano de clase media-baja, subrayaba la problemática del alquiler en Madrid. “Tengo ilusión por comprar, pero me falta tiempo, y cada vez se está poniendo más difícil. En Madrid se ha disparado la vivienda”. Lo decía como si la cosa del alquiler no fuese con ella, ni que estuviese gobernando la Comunidad de Madrid; pero peor, lo decía como si realmente tuviese problemas para acceder a la compra de una vivienda, ella que entonces ya cobraba más que el presidente del Gobierno (de acuerdo con los datos del portal de transparencia de la Comunidad de Madrid, Ayuso obtuvo en el pasado año 103.090,32 euros como rendimientos del trabajo por su labor al frente de la comunidad); ella que entonces ya era pareja de Alberto González, quien justo un mes después de la entrevista adquiriría la vivienda en la que actualmente viven (y que, además, en esa fecha ya tenía abierta la inspección por parte de Hacienda en su contra).De entre las muchas cosas reprochables de las justificaciones de Ayuso, quizá una de las que más es esa falsa y frecuente autovictimización, esa especie de fingido resentimiento pobrista. Porque solo hay algo peor que hacer ostentación de la riqueza, y es hacer ostentación de la falsa pobreza. Si el materialismo ostentoso es despreciable, más lo es el fingimiento de una clase social a la claramente que no perteneces. Las personas que tienen ilusión por comprar en Madrid y no pueden, no viven en un ático valorado en más de un millón de euros, con más de 180 metros cuadrados y ubicado en uno de los mejores distritos de Madrid. Las personas que tienen ilusión por comprar en Madrid y no pueden viven en alquiler sobrepagado. Tratar de igualarte a la baja, con la falsa modestia de una currante sin apenas capacidad de ahorro, es una falta de respeto para los que sí están en esa situación.“Si usted dice que no puede comprar imagínese el resto” le repreguntaban en aquella entrevista en El Mundo. Ella respondía que “lo digo como un ciudadano más de clase media que vive en Madrid y que ha sorteado los mismos obstáculos. Me independicé con 22 años, me alquilé una habitación por 400 euros con un sueldo de 600 euros”. Ayuso lleva desde 2006 –es decir, 18 años– cobrando un sueldo público. Pero los mismos obstáculos.El electorado anhela políticos que realmente transmitan algo. Ayuso lo hace. A Ayuso su naturalidad, su carisma y su cercanía le han valido muchos e incondicionales apoyos. Hay quien la ve, efectivamente, como la colega con la que compartirías piso pasados los treinta, la colega que aparece con hummus y guacamole de bote en la cena compartida. Pero, detrás de esa fingida frugalidad, se esconde su situación privilegiada. Y, especial y convenientemente, se esconde la situación privilegiada de casi todo su entorno, de la que ella, mala suerte, nunca tiene constancia. La política deslenguada, “la única capaz de hacer frente al sanchismo”, a quien hace frente, realmente, es a parte de la ciudadanía a la que representa. 
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