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eldiario.es - Irene Castro
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Una comisión de la Eurocámara pide equiparar catalán y castellano en las aulas de Catalunya con el voto protesta de los progresistas
Es una de las comisiones más politizadas de la Eurocámara. Los presidentes de la institución, el fallecido David Sassoli y Roberta Metsola, han recibido esta legislatura sendas quejas por el uso que hace la presidenta del organismo, Dolors Montserrat. El último episodio del choque fue la misión enviada a Catalunya para analizar el sistema de inmersión lingüística a raíz de una queja presentada por la Asociación para la Educación Bilingüe (AEB) y que plantaron las fuerzas progresistas. A la hora de votar el informe, que pide igualar el trato del castellano y el catalán yendo más allá del 25% que estableció la justicia, se ha producido un voto protesta de esas formaciones, que han participado de manera simbólica. El texto, que ha salido adelante con 19 votos a favor y seis en contra, se ha endurecido incluso respecto al informe inicial, que elaboraron las fuerzas de la derecha, al hacer un "llamamiento a las autoridades catalanas para que no obstaculicen la ejecución de esta sentencia" que fija un mínimo de la enseñanza en castellano en el 25%. PP, Ciudadanos y Vox han celebrado la aprobación del informe, que no tiene ningún efecto jurídico vinculante. "Ha ganado la democracia, la Constitución y el estado de derecho", ha dicho la eurodiputada conservadora Rosa Estarás, que ha agregado que el informe "garantiza el cumplimiento de la sentencia del Supremo que viene a decir que, cuando hay bilingüismo, al menos el 25% de una de las lenguas tiene que impartirse en las aulas". No obstante, el informe va más allá al pedir que se equiparan las dos lenguas. "Hoy empieza el final del tabú de la política lingüística de Catalunya, de los secesionistas", ha señalado la parlamentaria de Ciudadanos, Maite Pagazaurtundúa, que ha felicitado a Montserrat por su labor. "Gracias a Vox, el Parlamento Europeo condena y repudia el régimen de apartheid lingüístico en Catalunya", ha expresado en X (antes Twitter) su portavoz, Jorge Buxadé.Por parte de los socialistas, sólo ha participado Cristina Maestre, que ha votado en contra. "He participado yo sola como coordinadora. No hemos querido dar plantón total por una cuestión de decoro institucional. El resto se miembros, especialmente los que representan a otros estados miembros, han preferido ausentarse para simbolizar el hartazgo por la manipulación interesada de determinados asuntos españoles", explica a elDiario.es.La eurodiputada de ERC Diana Riba (Los Verdes) también ha sido la única que ha participado de su grupo y ha asegurado que se trata de una "pantomima" y ha recordado que "no tiene ninguna efectividad". El parlamentario de Junts Toni Comín ha optado directamente por no votar. "Es un gran día y nos sentimos satisfechos (....). Esperamos que este informe sea un punto y aparte. Sabemos que la inmersión no va acabar con este informe, pero hemos agurejeado el buque de la inmersión y esperamos que ayude a que se hunda", ha expresado la presidenta de la Asociación por la Educación Bilingüe, Ana Losada. La visita de los eurodiputados a Catalunya se llevó a cabo a mediados de diciembre de 2023 y estuvo envuelta en polémica. No solo porque los grupos de izquierdas se negaron a participar, sino porque recibió acusaciones por parte de la comunidad educativa catalana de estar sesgada hacia posiciones contrarias al modelo lingüístico escolar de la Generalitat. La misión, presidida por la estonia Yana Toom, del grupo liberal Renew (al que está afiliado Ciudadanos), acusó por su parte que el Departamento de Educación de supervisar sus entrevistas con personal de centros educativos para coartar sus respuestas. “No fue un intercambio libre de puntos de vista”, lamentó en una rueda de prensa en las oficinas del Parlamento Europeo en Barcelona.
2 h
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Borrell: “Gaza es el mayor cementerio, para decenas de miles de personas y los principios del derecho humanitario”
"Antes de la guerra, Gaza era la mayor prisión al aire libre. Ahora es el mayor cementerio al aire libre. Un cemenrario para decenas de miles de personas y los principios del derecho humanitario". El alto representante, Josep Borrell, mantiene la presión sobre Israel mientras sostiene que "cada vez más" la opinión pública se está moviendo hacia una posición más exigente con el Gobierno de Benjamin Netanyahu por la matanza en Gaza. Así se ha pronunciado a su llegada a una reunión con los ministros de Exteriores de la UE en la que, entre otras cosas, debatirán la petición de España e Irlanda para revisar el acuerdo comercial con Israel por las vulneraciones del derecho internacional en Palestina. Borrell ha dejado claro que este será un primer debate para conocer la opinión de los estados miembros y fijar una "orientación política". "En función del resultado procederemos de una forma u otra", ha explicado el jefe de la diplomacia europea que ha advertido, no obstante, de que no se está hablando de una "suspensión completa", que sería una prerrogativa de la Comisión Europea en aquellas materias que no tienen que ver con la política exterior. "Vamos a hablar de la dimensión política basada en el respecto al derecho humanitario o internacional", ha matizado el alto representante. Antes de acudir a la sede del Consejo de la UE, Borrell había participado en el Foro Humanitario Europeo 2024, desde donde ha acusado a Israel de "estar provocando hambruna en Gaza". "El hambre se está usando como arma de guerra", ha afirmado el alto representante, que ha recordado que la ayuda se está enviando, pero no llega a la población por el bloqueo que está llevando a cabo ese país. La respuesta de Israel apenas ha tardado unos minutos a través de la red social X (antes Twitter). El ministro de Exteriores de ese país, Israel Katz, ha asegurado que la ayuda llega por "tierra mar y aire" -estas dos últimas opciones se han puesto recientemente en marcha por el bloqueo por tierra-. "A pesar de que Hamás interrumpió violentamente los convoyes de ayuda y la colaboración de la UNRWA [la agencia de la ONU para los refugiados palestinos], persistimos", ha dicho Katz, que ha reclamado a Borrell que "deje de atacar a Israel" y reconoca su "derecho a la autodefensa contra los crímenes de Hamás". El derecho a la autodefensa está en todas y cada una de las declaraciones de la UE, cada vez hay más advertencias contra la vulneración del derecho internacional y humanitario en la respuesta de Israel. Borrell se ha mostrado confiado en que los 27 alcanzarán un acuerdo este lunes para imponer sanciones a Hamás y también a los colonos violentos de Cisjordania. Las últimas fueron inviables por el veto de Hungría. De hecho, otros estados miembros, como España, decidieron imponerlas individualmente ante el 'no' del Gobierno del ultranacionalista Viktor Orbán. Igualmente, la intención de los ministros de Exteriores es imponer nuevas sanciones a Rusia por la muerte del opositor Alexei Navalny. A lo largo del día, la intención del alto representante es consensuar una declaración sobre las elecciones en ese país. "No han sido elecciones libres y justas", ha anticipado: "Estas elecciones se han basado en represión y la intimidación". Ucrania será, como desde hace más de dos años, uno de los principales asuntos sobre la mesa de los ministros de Exteriores. La intención es aprobar una ampliación de 5.000 millones del Fondo Europeo para la Paz con el que se suministra el apoyo militar a Kiev y que lleva meses bloqueado. También alcanzar un "acuerdo político" para el uso de los intereses de los activos rusos congelados y que se usen para financiar "la defensa" de Ucrania, según ha explicado Borrell.
1 d
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Bart Ouvry, director del Museo de África: “No creo que exista ningún museo en el mundo que no se plantee la procedencia de sus colecciones”
“Se trata de establecer espacios de diálogo e intercambio que nos permitan superar este marco colonial”. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, planteó una revisión de las colecciones de los museos estatales para avanzar en su descolonización. En la retina, tiene el Museo de África de Bélgica, que en el tiempo que Urtasun fue eurodiputado vivió un proceso de transformación para dejar atrás el 'museo de los horrores' que ideó el rey Léopold II al establecer una sección colonial durante la Exposición Universal de 1897. Situada en el Palacio de África de Tervuren, una zona a las afueras de Bruselas, la acompañó con la recreación de un poblado africano en el parque que lo rodea. Siete personas murieron en esa aldea. La exhibición se convirtió posteriormente en un museo que se inauguró en 1910 en un imponente edificio y que Urtasun definió como "terrorífico, una cosa racista, colonialista, espantosa". Bart Ouvry es el actual director del Museo de África y se ha hecho con las riendas de la institución en la segunda fase de su transformación: cuando sus puertas ya están abiertas y se ha comenzado el proceso de análisis de las obras para su posible devolución a Congo, Burundi y Ruanda en el caso de que fueran robadas o expoliadas. Su bagaje no es el habitual de un director de museo. Diplomático de profesión (embajador en países como Mali, la República Democrática del Congo o Kenia) apuesta por "compartir" el patrimonio artístico y se muestra convencido de que la revisión de las colecciones no es un caso aislado. ¿Cómo nació la idea de reformular el Museo de África de Bélgica?El punto de inflexión se produjo en torno al año 2000, cuando mi predecesor llegó al museo. Esta institución no había cambiado prácticamente desde 1960, siendo un museo que nació con un espíritu de propaganda de la acción colonial. Fue creado por Leopoldo II, que entendía que era necesario construir triunfos para ganar credibilidad y legitimidad para su proyecto entre la población belga. Otro de los puntos de inflexión fue el hecho de que cada vez más gente de África emigrara a Bélgica. Y luego, objetivamente, creo que también hay un cambio a nivel geopolítico. Las relaciones entre los distintos continentes están cambiando: ha emergido Asia, ha emergido América Latina y, cada vez más, hay también países africanos que están empezando a emerger y a cambiar. Las relaciones están cambiando y nosotros queremos, como museo, contribuir a una asociación que es completamente diferente de la antigua forma en la que dominábamos África. Nunca fuimos invitados a África, nos impusimos como potencia colonial.¿Cómo ha sido el proceso para reformular el museo?Fue bastante normal. Trabajamos mucho con los científicos del museo, pero la originalidad de nuestro proceso fue que consultamos mucho también con afrodescendientes en Bélgica. Había una estructura de consulta. Tengo que admitir que, al final de la renovación, hubo disfunciones, hubo conflictos, hubo tensiones. Pero no creo que hoy uno pueda visitar el museo sin ver a afrodescendientes visitándolo. No podemos dirigir este museo sin el apoyo y el pensamiento de personas con una cierta sensibilidad con África. No es nuestro único público, somos un museo para el gran público, pero trabajamos más sobre África, trabajamos con africanos, y eso es la idea decolonial. Es sobre todo un cambio de mentalidad y un deseo real de trabajar en colaboración con África.¿Y cuáles son las diferencias si lo comparamos con la etapa anterior?Hay dos elementos que son nuevos. En una de las salas principales, la Sala de Rituales y Ceremonias, mostramos las funciones sociales, espirituales y culturales de los objetos de la colección. No somos un museo de arte. Somos un museo que ayuda a los visitantes a comprender ciertos rituales africanos. Los objetos son a menudo muy bellos y fascinantes, pero intentamos explicar su función. Sobre todo, hay un mensaje de universalidad. Muchos de estos objetos acompañaban el nacimiento, la educación, el matrimonio y la muerte, así que tenían una función. Y observando estos objetos, intentamos comprender cuáles eran los símbolos y las formas en que los africanos funcionaban social y culturalmente.Antes se presentaban los objetos sin explicar suficientemente. El museo también contenía muchos objetos en torno a África, por ejemplo, estatuas que habían sido creados por artistas europeos, y muchos de estos objetos, incluso estas estatuas, mostraban al hombre africano de una manera estereotipada. También intentamos deconstruir esta forma de mostrar al hombre africano como un ser humano primitivo.¿Esos objetos han desaparecido de la colección actual?Estos objetos siguen ahí. Se pueden ver las estatuas, por ejemplo, pero hemos trabajado con un artista congoleño para contextualizarlas. También tenemos un depósito de estatuas que ahora se puede visitar con guías que interpretan los estereotipos coloniales y representaciones racistas. Hay una estatua muy famosa del denominado el hombre leopardo, que antes estaba a la entrada del museo, pero ahora no queremos mostrarla sin explicación. Tenemos que explicar el porqué de esta estatua y dejar claro que no muestra ni la realidad de hoy, ni la realidad de la época.La realidad de un museo es que nunca podemos mostrar toda nuestra colección. Exponemos apenas el 1% de nuestras colecciones. Así que cualquier exposición permanente o temporal es una elección. No contamos una sola historia, cada sala cuenta su propia historia. Nuestro objetivo es quizás centrarnos menos en los objetos para contar una historia, pero contar historias que permiten que la gente comprenda mejor el pasado y también la realidad del Congo y de la África de hoy. África tiene una larga historia, y nosotros también intentamos contarla. Pero también quiero que contemos la historia de la África de hoy, que es una África dinámica, una África donde la gente tiene ambiciones, donde algo está ocurriendo. En los próximos años, por ejemplo, haremos una exposición sobre la música electrónica en África y las influencias e intercambios entre músicos africanos y europeos.¿Hubo en Bélgica oposición a la reformulación del museo? En España hay quien dice que no es una prioridad…No existe una opinión única sobre estas cuestiones sino una multiplicidad de opiniones. Nuestro objetivo como museo es ser un foro, donde la gente viene a intercambiar ideas. Por ejemplo, facilitamos la presencia de activistas y asociaciones en el museo. Están presentes y hacen visitas guiadas. No siempre estoy de acuerdo con lo que dicen, pero es importante que estén presentes en el museo y que dialoguemos con ellos. También hay una asociación de antiguos colonos que sigue reuniéndose en el museo. Es bueno que vengan aquí y que haya un diálogo con ellos y que poco a poco se abran mucho más a los puntos de visto de las comunidades africanas. Veo que esto está ocurriendo. Nuestro objetivo es ser un foro para diferentes visiones y permitir que la gente se reúna y llegue a una visión más compartida que en el pasado. No lo conseguiremos en un día ni en un año, pero tenemos que desempeñar nuestro papel.¿Y para el futuro? Hay una ley que prevé un mecanismo de restitución y devolución de las obras. ¿Qué pasa con ese proceso?Esta ley está en vigor. Es importante porque nos permite entablar un diálogo con nuestros colegas del Congo, Burundi y Ruanda, ya que la ley se centra en estas tres antiguas colonias. Dos tercios de la colección de objetos culturales proceden del Congo. Así que ese es nuestro primer objetivo. Y luego hay una estructura que se está poniendo en marcha, según la cual habrá un acuerdo bilateral negociado entre los dos países, con un comité científico mixto Congo-Bélgica que examinará los objetos. Y el principio es muy claro: lo que ha sido robado, lo que se ha obtenido mediante manipulación, robo o violencia, debe pasar a ser propiedad del Estado congoleño, ruandés o burundés.¿Y ha comenzado ya?Se han creado las estructuras en el Congo y estamos esperando a que se concluya el acuerdo bilateral. No somos nosotros los que vamos a imponer nuestro ritmo, son los congoleños los que van a marcarlo y a decidir el calendario. Hemos intensificado nuestras investigaciones sobre la procedencia u origen de los objetos. Y lo importante es que no lo hacemos sólo como instituciones belgas, también lo hacemos en colaboración con nuestros socios congoleños. La investigación sobre la procedencia es algo que tenemos que hacer constantemente. El siguiente paso es concluir este acuerdo. Y después una opinión concertada entre científicos belgas y congoleños sobre la restitución de ciertos objetos.¿O sea que no ha habido devolución de objetos aún?Por el momento, no. En 2022, hubo una visita de Estado a la República Democrática del Congo en la que, de manera simbólica, el Rey Felipe ofreció un objeto, una máscara al Estado congoleño. Un préstamo a largo plazo, porque todavía no es una restitución formal, pero es un gesto importante y simbólico para mostrar nuestro deseo de avanzar.Imagínese que el estudio científico concluye que todo debe devolverse. ¿Es una posibilidad?Ese no es el punto de vista belga. Queremos que la restitución se haga sobre la base de un criterio de robo, violencia y manipulación. Esto no se aplica a todas nuestras colecciones. En este museo tenemos la mayor colección de objetos culturales africanos del mundo, ¿qué hay de malo en compartirlos? Hoy también hacemos préstamos a largo plazo en todo el mundo. Por desgracia, muy pocos de ellos están en África. Ahí está el reto, en compartir nuestras colecciones y, sobre todo, nuestra comprensión de estas culturas antiguas con nuestros homólogos y colegas africanos.¿Piensa que es posible hacer lo mismo en otros museos, como en Reino Unido, o verdaderamente hay un problema con las obras de arte robadas?No creo que exista hoy en día ningún museo en el mundo que no se plantee esta cuestión sobre la procedencia de sus colecciones. Hubo un episodio en torno a las obras de arte robadas durante la Segunda Guerra Mundial, sobre todo a judíos expoliados. Creo que es un problema que afecta a los museos de todo el mundo. En nuestro caso, se plantea de manera particular porque gran parte de nuestras colecciones se obtuvieron durante el periodo colonial. Pero en última instancia se aplica a todos los museos.En cada país hay sensibilidades diferentes. Pero he observado que en ninguno se cierran las puertas de los museos. Se necesita voluntad de diálogo y, sobre todo, de compartir. ¿Piensa que será posible hacer un movimiento mundial o europeo con su visión?A nivel europeo, podemos cooperar con nuestros socios africanos para apoyar este movimiento. Por ejemplo, reforzando los museos en África, compartiendo conocimientos y trabajando juntos. Hay exposiciones que viajan, pero generalmente viajan en Europa o viajan entre Europa y Estados Unidos, pero no viajan entre África y Europa. No veo por qué no podemos hacerlo. Veo muchas más oportunidades que obstáculos. Los obstáculos son técnicos, son culturales, son políticos, a veces están relacionados con la seguridad. Pero también veo un enorme número de oportunidades. 
2 d
eldiario.es
La derrota en Portugal certifica la crisis de la izquierda a las puertas de las elecciones europeas
De una arrolladora mayoría absoluta con 120 diputados, los socialistas portugueses se han dejado 40 en el camino lastrados por un caso de corrupción que llevó a la dimisión al primer ministro, Antònio Costa, y se han quedado sin opciones de gobernar. No es un caso aislado, es la tónica habitual en toda la UE, donde comicio a comicio la derecha y la extrema derecha se han ido imponiendo, con la excepción de España, donde a pesar de la victoria del PP, la suma con las fuerzas independentistas permitió a la izquierda conservar el Gobierno. Además de España, los socialdemócratas sólo gobiernan en Alemania –donde la coalición de Olaf Scholz con liberales y verdes está en mínimos históricos de popularidad–, Dinamarca, Malta y Rumanía –que tiene un primer ministro socialista y el presidente de la familia del Partido Popular Europeo–. Y el viraje a la derecha en el continente se ha producido en prácticamente todos los procesos electorales gracias en buena medida al ascenso de la extrema derecha –a excepción de Polonia, donde la candidatura de Donald Tusk con otras fuerzas de la oposición logró apartar del poder a Ley y Justicia–. Mientras que el Partido Popular Europeo celebró con alfombra roja la vuelta de Tusk a Bruselas por echar del Gobierno a los ultranacionalistas que tantos dolores de cabeza habían dado a la UE, el cordón sanitario lo habían roto tiempo atrás formando parte del Ejecutivo de Giorgia Meloni en Italia, apoyándose en la fuerza ultra de derechas en Suecia o constituyendo el gobierno más conservador de la historia de Finlandia, donde la ex primera ministra socialdemócrata Sanna Marin cayó por detrás de la ultraderecha. Después llegaron las victorias ultras de Robert Fico (Eslovaquia) y Geert Wilders (Holanda). Y ahora el centro derecha gobernará en Portugal, aunque parece que los socialistas permitirán que gobierne para sacar de la ecuación a Chega, que, bajo el lema ‘Limpiar Portugal’, fue el gran vencedor de los comicios del pasado domingo con 48 escaños (36 más de los que obtuvo en 2022). “Esta crisis puede ser de la izquierda, pero también del centro derecha. A pesar de ganar las elecciones, han tenido los peores resultados de su historia en Portugal; en Reino Unido van a perder; en Italia el centro derecha ha desaparecido”, señala a elDiario.es Pedro Riera, director del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III, que considera que uno de los problemas que han tenido los socialistas en Portugal es que no han acompasado la buena marcha de la economía con “políticas sociales atractivas para su electorado clásico”. El otro ‘pecado’ de las fuerzas progresistas es la disyuntiva entre ese “electorado clásico de clase trabajadora al que es más difícil llegar con discursos de derechos socioculturales o para los colectivos tradicionalmente marginados, como las mujeres o los inmigrantes” y la presión de una parte progresista a la que también tiene que seducir para gobernar y que reclama ese tipo de ampliación de derechos, según Riera, que sitúa a los socialdemócratas “entre la espada y la pared”. En el caso de Los Verdes, que tuvieron sus mejores resultados en las elecciones europeas de 2019 y que han logrado estar en el poder en países como Alemania pero que ahora se enfrentan a perder un buen puñado de eurodiputados, el profesor de Ciencias Políticas señala que “estar en el poder siempre pasa factura” y más cuando es compartido y obliga a “transigir”. “También les pasa factura la falta de experiencia y muchas veces el salto entre lo que dicen en la oposición y lo que pueden hacer en el Gobierno”, explica. Con ese panorama, el futuro inmediato no es muy alentador para las fuerzas progresistas en los próximos comicios de Alemania –donde la ultraderecha de Alternativa por Alemania está en segunda posición según los sondeos–, o Francia –donde Marine Le Pen puede ganar–. Un sondeo pronostica la victoria de la ultraderecha en nueve países en las próximas elecciones europeas y la superación a los liberales como tercera fuerza. “Un resultado del 30% de los votos en estas elecciones en Portugal por parte de nuestros compañeros se traduciría en un buen resultado en las elecciones europeas. No es cuestión de hacer o no autocrítica. No podemos estar satisfechos cuando no vamos a seguir gobernando para transformar porque es lo que ha hecho el Gobierno estos ocho años. Portugal ha sido el faro en el que se miraba la socialdemocracia para demostrar que la austeridad no era la única salida y que es posible crecer con las garantías del bienestar social”, fue el diagnóstico de la jefa de los socialdemócratas en la Eurocámara, Iratxe García, tras la derrota. “De lo que estamos más preocupados es de que el resultado electoral en las europeas se traduzca en las alianzas que últimamente el Partido Popular Europeo está haciendo con la extrema derecha. Eso va en contra del proyecto europeo, de los valores europeos y sobre eso vamos a trabajar para las próximas elecciones europeas”, agregó García. Nadie duda ya del aumento del conservadurismo en el futuro Parlamento Europeo. De hecho, el Partido Popular Europeo ha impregnado un giro a la derecha en el programa que defenderá la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a la que apoyan socialistas y liberales.Pero más allá de la composición del próximo hemiciclo de Estrasburgo, el gran problema de los socialdemócratas es la situación de debilidad a la hora de negociar el reparto de poder de la UE –donde precisamente António Costa era el favorito para presidir el Consejo Europeo– y la designación de los comisarios del gobierno comunitario, que corresponde a los ejecutivos nacionales, que un buen puñado han cambiado hacia la derecha respecto a hace cinco años.
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